¡Un tanque… un tanque!, pero… ¡de oxígeno!
Tal súplica brotó y se esparció como un virus, incluso en las redes sociales, @ovacionesdiario, tras el silbatazo final del candente duelo fratricida entre los equipos de OVACIONES.
Las aspirinas, el naproxen o ya de perdida unos pedazos de hielo, fueron necesarios para aminorar el sufrimiento de los adoloridos músculos.
El resultado fue lo de menos. Lo mejor fue el toma y daca entre el alegre derroche físico del experimentado (algunos decían rucos…) equipo de la Redacción, frente al talentoso ímpetu juvenil de la Administración, que provocó gritos de alarido y mantuvo al filo de sus asientos a los familiares que les alentaron desde las gradas.
Los equiperos quedaron calientitos y pidiendo la revancha, la cual se disputará nada más se recuperen de sus dolencias físicas, y el personal de la delegación acabe de barrer la polilla regada más que generosamente en el Deportivo Cuauhtémoc.
Una salomónica igualada de 1-1, pero que tuvo un polémico desenlace porque el árbitro se hizo de la vista gorda al no sancionar una clara falta sobre un Verde en el medio campo, aunque el grito espontáneo del graderío fue: ¡sí era penal…!
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